
Hace tiempo presentè una depresiòn la cual me tirò a la cama, me sentìa morir asì con estas palabras Morir, yo siendo vecina de 5 familias cristianas comencè a decir: DIOS, MANDA A BE, MANDA A GIO, MANDA A ALQUIEN, y la respuesta era nada.
no veìa la respuesta del Senior, mi agonìa seguìa y seguìa.
Fue cuando el Espiritu Santo me trajo a memoria este lindo versiculo de Jeremias 33:3, fue en ese mismo instante que comencè a clamar a Dios y no al hombre.
pasados 5 segundos, suena el telefono..
-oigo, Erik, estas ahì?
era mi amiga saide que vivìa a nose cuantos kilometros de mi casa.
ella apenas escuchando mi voz supo que no me encotraba bien, colgando a los pocos segundos( solo Dios lo hace porque las comunicasiones no es que siempre estàn buenas, a veces uno se pasa minutos para comunicarse con otra persona via telefono)
pasando otros pocos segundos suena el telefono, era laura
_eri, dame tu direccion damelaa!!!! se la di y ella vino a mi casa, vino por un dia, pero Dios la dejo meses para ayudarme.
Que deseo decir con este testimonio real el cual me sucedio.
que no es clamando al hombre que dios responderà tu oraciòn ni tu necidad, a veces pensamos y esperamos que alguien nos ayudarà, pero esas no son las personas que Dios tiene para ti en ese momento, Dios sabe quien es el que esta preparado a enfrentar junto a ti y a llevar junto a ti tus cargas, cuando aprendamos a clamar mas a Dios, mayores cosas veremos, provisiones recibiremos.
hay personas que entran a una congregaciòn pensando que sus probelmas seràn resueltos por el lìder tal, o el hno tal, olvidandose de este principio Biblìco que nos ensenia que es clamando a Dios que obrendremos respuesta.
Comienza a clamar a El, y veras como aùn seras saciado de tus pequenias necesidades
Imagen sacada de Cuenta con Cristo

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